Dos cuerpos
Uno junto a otro se miran largamente en silencio. Se miran casi sin mirarse.
Los árboles tras las colinas están cargados de frutas. El sol moja de oro las corolas del aire.
Los dos cuerpos se buscan y a veces se hallan y ríen y asombrados se penetran.
Pero no se comprenden y cada uno se cierra en su inviolable secreto.
Octavio Paz